EUROPA
PRESS
22 septiembre
2019
¿Por
qué huelen los pies? Consejos para que no huelan
El mal olor de pies, llamado bromhidrosis a nivel científico, puede causar importantes
molestias en el día a día de cualquier persona. Tiene muchos posibles motivos
y, además, puede esconder la presencia de algunas enfermedades.
"El mal olor de pies viene provocado por el contacto
del sudor con la flora bacteriana del pie. Cuando el sudor entra en contacto
con dichas bacterias, produce en su descomposición amonio y ácido graso, dando
como resultado el mal olor de los pies", cuenta a Infosalus
el vocal de la junta directiva del Ilustre Colegio Oficial de Podólogos de la
Comunidad Valenciana (ICOPCV), el podólogo Antonio Viana.
Entre los motivos que pueden causarlo, "el más común y
conocido se debe a que los pies pasan muchas horas dentro de un calzado cerrado
con la correspondiente secreción de sudor", especifica el experto, que
agrega que esta causa "suele ser más frecuente en niños y adolescentes
debido a su alta actividad, al abusivo uso de zapatillas deportivas poco
transpirables y, a veces, por una higiene más descuidada". No obstante,
"también se da en adultos que utilizan determinado calzado de trabajo poco
transpirable, aunque es menos común", apostilla Viana.
Otro aspecto a tener en cuenta es que "el sudor elimina
las toxinas de nuestro cuerpo", recuerda el podólogo. Así, "si somos
fumadores o sufrimos alcoholismo, el sudor que se mezcle con las bacterias irá
ya contaminado con esas toxinas que pueden provocar también mal olor en los
pies", explica el vocal del ICOPCV.
Junto a esto, "también hay ciertos tipos de comida que
al degradarse dan lugar a moléculas odoríferas, causantes del mal olor, y se
eliminan a través del sudor", continúa Viana, que enumera especias,
cebolla o ajo.
Por otra parte, otros motivos que pueden causar mal olor de
pies son, según el experto, "el uso de calzado o calcetines que no dejen
transpirar la piel o determinados tratamientos farmacológicos como los
antidepresivos".
El mal olor de pies también puede esconder patologías.
"Por ejemplo, los hongos y el pie de atleta también guardan relación con
el mal olor de pies. Una de las patologías más comunes es el pie de atleta o
tinea pedis, que afecta principalmente a deportistas
o montañeros debido al exceso de humedad acumulada en el interior del
calzado", señala el experto.
No obstante, "también se puede asociar a enfermedades
metabólicas, renales y hepáticas, además de alteraciones en el funcionamiento
de las glándulas apocrinas localizadas principalmente
en pies, axilas, genitales y pecho", agrega el podólogo.
Cómo tratar el mal
olor de pies
"Los tratamientos para solucionar el mal olor de pies
puede ir, en función del origen, desde la administración de antibacterianos o
antifúngicos, la aplicación de tratamientos secantes en polvo o aerosol, la
eliminación de la dieta de algunos alimentos o dejar de fumar", comenta
Viana. En casos de sudoración extrema, por su parte, pueden aplicarse
"tratamientos físicos como la iontoforésis, la
introducción de iones de sustancias activas, o la cirugía", completa el
experto.
Por otro lado, existen diferentes remedios caseros para
tratar el mal olor de pies. "Dentro de estos encontramos el vinagre, el
bicarbonato de sodio, la salvia o el té negro", cita Viana, que avisa de
que estos recursos "no son efectivos, ya que no existe una evidencia
científica que asegure el control del mal olor generado en los pies".
En caso de optar por utilizar los remedios tradicionales, el
más efectivo es usar polvos de talco. "Para su utilización, hay que
espolvorearlos entre los dedos, en la planta, en el calcetín o incluso en el
calzado, porque es absorbente y elimina el exceso de sudor", recomienda el
vocal de ICOPCV.
Mejor que tratar,
prevenir
Viana, no obstante, considera que "ante la poca
eficacia de los remedios caseros, lo mejor es seguir una serie de consejos para
prevenir el mal olor de pies y acudir a su podólogo para identificar el origen
de la patología y tratarlo de la manera más adecuada".
La primera pauta que proporciona el experto es
"mantener una higiene óptica de los pies, lavarlos diariamente con algún
tipo de desinfectante y secarlos muy bien, sobre todo entre los dedos".
Después, es necesario "cambiar los calcetines todos los días, y con mayor
frecuencia si los pies sudan mucho como, por ejemplo, si se practica
deporte", continúa el podólogo, que aconseja también que los calcetines
repelan la humedad, es decir, que sean de lana o de algodón y se eviten los
calcetines de nylon o las medias.
Además, se puede "dejar que los zapatos se aireen
después de utilizarlos para evitar el crecimiento de bacterias", según el
experto. En cuanto a los zapatos, también se pueden evitar los que sean
"demasiado apretados o que estén fabricados con materiales sintéticos y optar
por el cuero, el lienzo o la malla, que permiten que los pies respiren",
dice el vocal del ICOPCV.
Retirar, airear y lavar periódicamente las plantillas de los
zapatos también es útil, además de cambiarlas una vez al mes como mínimo. Por
último, Viana aconseja "utilizar aerosoles desinfectantes para dentro de
los zapatos ya que acabarán con las bacterias que causan el mal olor".